Los protectores de bordes de embalaje son muy importantes para la protección de las mercancías durante su transporte y manipulación. El tipo de material que compone estos protectores de cantos influye en gran medida en su eficacia, durabilidad e idoneidad para diversos usos. Este artículo analiza los aspectos materiales de los protectores de bordes examinando cuatro tipos de materiales utilizados para fabricarlos junto con sus ventajas.
Papel corrugado
Los protectores de bordes de papel corrugado son una opción económica y respetuosa con el medio ambiente, ya que ofrecen una protección ligera junto con una buena absorción de impactos. Se utilizan habitualmente para artículos de peso medio y se integran fácilmente en sistemas de embalaje de cartón.
Materiales de espuma
Por otro lado, existen protectores de bordes de espuma como el polietileno o diferentes poliestirenos expandidos (EPS) que brindan una excelente amortiguación para productos que requieren un acolchado adicional para proteger contra impactos o caídas.
Plástico y vinilo
Algunos ejemplos incluyen los de plástico hechos de vinilo u otros plásticos duraderos que son resistentes al agua y a muchos productos químicos. Funcionan mejor para aplicaciones difíciles donde la tensión en los bordes de los artículos es muy alta.
Protectores de bordes metálicos
Estos de base metálica constituyen la alternativa más robusta diseñada principalmente para fines industriales donde se requiere extrema resistencia. Por ejemplo, encuentran aplicación en la industria de la construcción y en el sector de los vehículos de motor para proteger objetos de impactos fuertes y condiciones climáticas severas, respectivamente.
Conclusión
Por lo tanto, a la hora de elegir protectores de bordes, es importante seleccionar el material adecuado teniendo en cuenta la seguridad del producto embalado. El papel corrugado ofrece una alternativa ecológicamente preferible, mientras que la espuma proporciona amortiguación; Por otro lado, el plástico aporta longevidad y resistencia química, mientras que el metal garantiza un resultado de máxima resistencia. Como resultado, las empresas pueden personalizar su embalaje para que satisfaga las necesidades específicas del producto, optimizando tanto la protección como la rentabilidad al seleccionar un material adecuado.